Tautología del día: el mármol no separa aviones ni aumenta la seguridad.

El eslabón más debil de una cadena hace que esta se rompa. Decorados de fantasía. Luces de Bohemia. Hoguera de vanidades. Oropeles de opereta, con andamiaje de papel couché. Mármoles de constructora de pueblo venida a más. Sanitarios Roca último modelo. Se trata de proyectar una falsa sensación de seguridad ante el pasajero, que son votos. ¿Mármol = seguridad? No, no es así. Que sepa un pasajero que no existe relación entre la calidad del marmol de una terminal y la seguridad o la eficacia de gestión.

Un tinglado faraónico a lo mago de Oz, vacío de contenido y de perspectiva.

Fastos de inauguración, con bufete frío a lo Ferrá Adriá. Deconstructivismo de infraestructuras. Políticos iletrados que arengan a las masas. Medios de comunicación sectarios, propaganda totalitaria. Desinformación. Cortinas de humo. Población desmemoriada que no recuerda quienes les gobiernan, y lo que antes dijeron.

Torres de control vacías. Controladores demonizados, se les culpa del hundimiento del Titanic. Aviones perdidos, pilotos degradados a conductores de autobús. Asociaciones de compañías aéreas compradas. Ex ministros que ahora venden tabaco en las terminales.

Es, una vez más, el Esperpento Nacional: la madeja de relaciones empresariales y políticas. Las adjudicaciones directas. La Feudalización. Es el Plan E (de esperpento) que emula al acometido durante el “new deal” de Roosevelt: tras la Gran Depresión americana del crack del 29 se ponía a los parados a cavar zanzas, para llenarlas de nuevo una vez terminadas.

Comisiones. Más comisiones. Expropiaciones forzosas. Recalificación. Hoteles en los aeropuertos. “Patrimonialización” (que palabreja) privada de bienes públicos.

Oscurantismo contable. Mentiras interesadas.