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El gigante mundial del control aéreo fichará militares para entrar en España

12-02-10 J. M. Lamet

La cruzada de José Blanco contra los privilegios de los controladores aéreos puede acabar siendo la mejor de las ayudas para otros controladores: los militares.

Con el nuevo Decreto-ley que revoluciona el sector, el ministro de Fomento ha alumbrado la vía perfecta de escape para los suboficiales que dirigen actualmente el tránsito aéreo de los aeropuertos castrenses. Un nutrido grupo de controladores del Ejército tiene ya intención de desembarcar en los aeródromos civiles, de la mano de empresas de capital privado foráneo, según han revelado representantes militares a EXPANSIÓN.

Las compañías más interesadas provienen de Irlanda, de Oriente Próximo y, sobre todo, de Reino Unido. De este último son Serco –la proveedora privada de servicios aéreos más grande del mundo–, Safeskys y Astac las firmas que más apetito inversor han mostrado. Los controladores que hayan cumplido 10 años en la carrera militar podrán pedir la excedencia para incorporarse a ésas u otras empresas, pero temen represalias del Ministerio de Defensa. Consideran que no se trataría de una “desbandada” o una “huida”, sino de un intento de mejorar su situación laboral.

Salarios bajos
La realidad es que los controladores castrenses ganan menos de 30.000 euros al año, frente a los casi 200.000 que podrían llegar a cobrar al pasar a trabajar para una concesionaria. Esto se haría realidad gracias al nuevo decreto –convalidado por el Congreso ayer y que se tramitará como proyecto de ley–, que liberaliza la gestión de los servicios de control del tránsito aéreo (ver EXPANSIÓN del pasado sábado).

Con la nueva norma, las empresas privadas podrán optar a la concesión de torres de control y gestionarlas de forma autónoma, contratando a sus propios controladores. Esto abre la puerta a la llegada de controladores titulados en países de la UE.

Para trabajar como controlador en España se necesita un alto nivel de castellano, lo que ha puesto el foco en los profesionales que cumplen todos los requisitos para ser los nuevos contratados. Y los controladores civiles no están por la labor de abandonar Aena. ¿Qué opción queda? O formar de cero a nuevos empleados o contratar militares en excedencia.

De los 250 controladores del Ejército que están en activo, “ya hay unos 25 dispuestos en firme” a abandonar la disciplina castrense gracias al nuevo marco legal. Serco, que gestiona 54 torres de control de la Administración estadounidense y trabaja para el Gobierno de Emiratos Árabes y el Ministerio de Defensa británico, entre otros, ya se ha puesto en contacto con los controladores militares.

Safeskys está presente en 23 aeropuertos europeos, sobre todo, aeródromos regionales de Reino Unido. También trabaja para el Departamento británico de Defensa. Y Astac es una escuela que entrena a controladores para aeropuertos británicos y de más de 20 países. Forma incluso a controladores militares. Todas están estudiando actualmente la nueva normativa. Aún no hay una oferta en firme de las compañías, que aguardaban para dar el paso a la convalidación de la nueva norma.

Según el sindicato de controladores Usca, “se deduce que hay 33 aeropuertos que cumplirían con los criterios para que su tránsito aéreo pudiera ser atendido por empresas privadas”. Y las torres de control que saldrán a concurso serán de entre 8 y 15 plazas, según estima el colectivo. La competencia será dura, ya que, según fuentes de Aena, ya hay empresas españolas que participarán en la pugna.

Pero estas compañías sólo podrán recurrir a los que tengan la facultad de abandonar la disciplina militar. Además de la excedencia, hay otra forma de dejar el Ejército: “Un militar de carrera que no haya hecho cursos suplementarios puede pedir la baja a los cuatro años” de entrar en él. Pero son pocos los casos.

Expertos en navegación aérea no prevén “una estampida” de controladores militares. En primer lugar, “porque no saldrán plazas para que se vayan todos los controladores militares”, aseguran. Además, “porque muchos no cumplen los requisitos, y otros ya tienen la vida hecha en su ciudad y no planean moverse, pese a la posible subida salarial”.

El Congreso convalida el decreto
El ministro de Fomento, José Blanco, obtuvo ayer, en el pleno del Congreso, un apoyo mayoritario para su Decreto-ley, que regula la prestación de servicios de tránsito aéreo, en vigor desde el pasado viernes. Y reiteró que está dispuesto a mejorar el texto legal, tramitándolo como un proyecto de ley.

Pero también acumuló críticas de todos los portavoces parlamentarios, por la precipitación con la que se ha aprobado y la forma en la que se ha solucionado el conflicto entre los controladores y Aena. Además, el Pleno del Congreso rechazó las enmiendas de totalidad defendidas por ERC-IU-ICV y UPyD contra la Ley de Navegación Aérea, que el Gobierno aprobó en diciembre para dar respuesta a una sentencia judicial que podría suponer el cierre del aeropuerto de Madrid-Barajas.

El PSOE logró a última hora el apoyo de CiU, PNV y ERC –cuyos tres diputados rechazaron su propia enmienda–, a cambio de crear en todos los aeropuertos una comisión mixta, “paritaria” entre autonomías y Estado, que regule las servidumbres acústicas.

¿Privatización? “Yes, please”
¿Qué ha cambiado?
Desde hace una semana, la gestión de los servicios de tránsito aéreo está liberalizada. Es decir, ahora una empresa privada podrá dirigir el tráfico aéreo de un aeropuerto con sus propios controladores. Se sacará a concurso la gestión de los servicios de tránsito aéreo de hasta 33 torres. Eso sí, la concesionaria deberá contratar a controladores con un alto nivel de español, por lo que los controladores militares se postulan como favoritos.

¿Quiénes se han interesado?
Sobre todo, empresas británicas, aunque también hay españolas, irlandesas y de Oriente Próximo. Los suboficiales que dirigen el tráfico aéreo de los aeropuertos del Ejército tienen contactos con el gigante privado del control aéreo, Serco, y con otras empresas británicas, como Safesky. Serco se define como el único operador privado “significativo” del mundo en control aéreo. La empresa asegura que gestiona “unos 6 millones de movimientos de aviones al año en aeropuertos de Europa, Oriente Próximo y Norteamérica”. Y en Reino Unido trabaja para Defensa.

http://www.expansion.com/2010/02/11/empresas/1265928392.html

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