Blanco crea el ‘controlador becario’: estará dos años en prácticas con el 25% del sueldo
Daniel Toledo. El Confidencial. 29/09/2010
“Casi ya no hay controladores en activo que den clases en la escuela de Senasa”, explica un profesional con larga trayectoria en las torres. El esfuerzo del ministro de Fomento, José Blanco, por concentrar en sus manos el acceso a la profesión parece marchar por buen camino, aunque no tendrá éxito si no se rasca el bolsillo. Y el azote de los controladores lo sabe. Según una licitación lanzada la semana pasada por la propia Senasa, el Ministerio está dispuesto a gastar en los próximos doce meses más de siete millones de euros (7.080.000) en pagar a empresas que proporcionen hasta 54 instructores para los cursos de formación inicial de controladores aéreos.
La licitación consiste en la “celebración de un acuerdo marco con varios proveedores de servicios de formación de controladores de tránsito aéreo para la posterior contratación de servicios de instrucción/profesorado de simulación para los cursos de formación inicial de controladores de tránsito aéreo de Senasa en Madrid”. Se divide en dos lotes. El primero, paraservicios de instrucción para el control de torre -con un valor estimado de 2,5 millones de euros sin IVA-; y el segundo, para profesores en el control de ruta y aproximación -para el que se prevé una dotación de 3,5 millones sin impuestos-. Senasa estima que necesitará entre 10 y 24 profesionales para el control de torre y entre 10 y 30 para ruta y aproximación.
Una de las principales críticas lanzadas por Blanco durante su año de pugna con la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) es que el sindicato había controlado durante años la entrada de nuevos controladores en las torres, hasta convertir la profesión en algo endogámico, casi familiar. “En cuanto al acceso a la profesión, se establecía un comité de seguimiento de evaluación de las convocatorias con un 50% de representantes del USCA, que en la práctica condicionaba el número de plazas ofertadas al margen de las necesidades reales del servicio”, explicaba el titular de Fomento en una de sus últimas comparecencias parlamentarias.
Otra forma de decir que el modelo perpetuaba las horas extra. “En cuanto a la formación, USCA controlaba los contenidos de los cursos, los itinerarios formativos y los profesores. Lo que hacía que el curso pasara de durar de 15 a 22 meses, dilatando el tiempo de incorporación de nuevos controladores, y reforzando así sus pretensiones de aumentar las horas extra en beneficio propio”, denunciaba el ministro. “Pero, sobre todo, controlaba la obtención de la habilitación en el puesto de trabajo, que requería la conformidad del sindicato y del controlador”, zanjaba Blanco, haciendo hincapié en la formación como pilar en que el colectivo cimentaba su “edificio de privilegios”.
“Han buscado profesores por toda Europa”
Un controlador recuerda que Senasa maneja dos promociones anuales de 48 controladores y advierte del enorme coste por profesional formado que supone la licitación. “Es el resultado lógico de no encontrar a nadie que realice esta tarea. Están buscando profesores por toda Europa”, subraya, al tiempo que confirma que USCA ya está apartada de la instrucción. Parece claro que ni siquiera Fomento sabe cuáles serán sus necesidades reales durante el año. “Senasa precisa contar con profesores de simulación (…) con la particularidad de que dicha necesidad podría ir surgiendo de manera más o menos constante, aunque intermitente, durante todo el año 2011”, reza la licitación del Ministerio. La idea es agilizar el proceso y afrontar las menores trabas burocrátricas una vez se produzcan las carencias.
El Real Decreto-ley 1/2010, de 5 de febrero, fue la piedra angular de Blanco para modificar las reglas de juego en el control aéreo. En él se establece que “proveedores civiles de formación inicial podrán presentar asimismo los planes de formación que estimen oportunos una vez hayan sido debidamente certificados”. Un nuevo modelo que constata la liberalización de la formación ya lanzada por Bruselas y que da lugar a un sistema en que el aspirante a controlador se paga sus estudios y pierde la seguridad de un futuro empleo. Senasa contempla dos promociones iniciales de torre en 2011, una para cada semestre del año. El curso consta de 22 semanas -frente a las 78 anteriores- y por él cada candidato debe abonar 45.760 euros -coste que antes asumía a Aena-. La Caixa y BBVA ofrecen condiciones especiales de financiación. Universidades como la Camilo José Cela se han subido al carro de los cursos, que han ofrecido por 30.000 euros.
El acuerdo con los proveedores de servicios se prolongará por espacio de un año, aunque la licitación establece que podrá ampliarse doce meses más a voluntad de Senasa. “El Órgano de Contratación, antes de la finalización de la duración inicial del contrato, podrá acordar su prórroga, por una anualidad más, que será obligatoria para los adjudicatarios, sin que la duración total del contrato, incluida la prórroga, exceda de dos años”, se subraya.
