Aena/Enaire y Fomento,  Controladores aéreos,  Opinión,  Política,  Portada

Descontrol aéreo

No se ha tenido que esperar demasiado para comprobar la escasa fortaleza de un pacto cimentado en falsedades

ALFREDO AYCART

El ministro de Fomento, José Blanco, presentó esta primavera la aparente resolución del conflicto con los controladores aéreos como un triunfo personal frente a una pandilla de millonarios sin escrúpulos, dispuestos a poner a todo el país bajo su zapato para conseguir prebendas propias de los emperadores sasánidas. Ya entonces se vislumbraba que la proclamada victoria no era más que un apaño provisional, una chapuza casera para evitar el estallido del conflicto en un momento tan sensible como el del comienzo de las vacaciones de verano.

No se ha tenido que esperar demasiado para comprobar la escasa fortaleza de un pacto cimentado en falsedades: ni José Blanco es el preclaro estadista que se quiso vender entonces, ni los técnicos que aseguran la seguridad del espacio aéreo son los insensatos que se intentó presentar con el demagógico argumento de los elevados salarios que perciben. Cobran más, por ejemplo, decenas de fracasados ejecutivos de muchas de las empresas que se han sumado a la larga fila de sociedades en quiebra.

A nadie le sorprende que los trabajadores afectados por tensas negociaciones de sus correspondientes convenios colectivos recurran a la huelga como maniobra de presión, ni que lo hagan precisamente en el momento en el que los paros pueden afectar más a sus usuarios y a los intereses de su compañía. Eso es precisamente lo que parecen hacer los controladores al amenazar con dejar sin servicio el espacio aéreo que les corresponde. El problema se agrava cuando las empresas no parecen estar a la altura de las exigencias del servicio público que realizan.

Pocas horas después de que Aena lanzara un ilusorio brindis al sol proclamando que garantizaba el normal funcionamiento del aeropuerto de Santiago, quedaban sin servicio no solo el de la capital de Galicia, sino también los de La Coruña y Vigo, afectando incluso al de Oporto, al no presentarse a trabajar los controladores del turno de noche del domingo, que alegaron haber cumplido ya el límite de horas de actividad anual.

Es un problema que los controladores tomen como rehenes a los pasajeros de las líneas aéreas en defensa de lo que consideran sus derechos laborales —aunque la mayor parte de la población los tacharía con evidente sensatez de privilegios inaceptables—, pero lo es, y aún más, la insufrible ineficacia de los responsables del gestor aeroportuario (léase Aena), incapaces de adoptar —y han tenido tiempo para ello— las medidas preventivas imprescindibles para evitar las desastrosas consecuencias de la presión de sus empleados.

Que los gestores de la compañía dependiente del Ministerio de Fomento aleguen ahora que los controladores presionan y dificultan la formación de sus sustitutos es una excusa tan ridícula que hace sospechar que ocupan cargos que superan sus capacidades.

http://www.abc.es/20101130/comunidad-galicia/descontrol-aereo-20101130.html

Alfredo Aycart Muro, subdirector de Expansión Territorial de ABC

Nacido en Madrid en 1957. Casado y con dos hijas. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Fundó las delegaciones de este periódico en Aragón (1990) y Galicia (1996). Galardonado con tres Premios de Periodismo por la Asociación de la Prensa de Zaragoza, comenzó su andadura profesional en la Agencia Efe, donde fue también delegado en la Comunidad aragonesa.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies