¿Está la seguridad aérea en peligro en las torres de control gestionadas por SAERCO?

Esta es la pregunta que debería estar encima de la mesa del ministro de Transportes, Óscar Puente, desde que la empresa privada de control aéreo declaró en sede judicial que no puede hacer frente a sus obligaciones económicas, lo cual, según la propia normativa de liberalización del control aéreo, es descalificante para una empresa licitadora dada la importancia crítica esencial del servicio de control aéreo.

Le corresponde al Ministerio de Transportes dar un paso adelante y revocar la adjudicación del servicio de control en dichas torres a la empresa SAERCO y hacerse cargo provisionalmente de su gestión. En dichas torres hay controladores perfectamente formados que merecen tener una gestión profesional y no tener que estar mirando a final de cada mes hasta dónde les han metido mano esta vez en sus nóminas.

Porque ante todo hay que preguntarse: En una empresa cuyo cometido y razón de ser es la seguridad aérea, ¿de dónde recorta cuando no puede hacer frente a sus obligaciones económicas?