
Récord tras record, y van…
El verano se acaba, y con él un nuevo récord de tráfico en nuestro país, en el que hemos vuelto a superar en más de un 5% el tráfico prepandemia y el récord del año pasado, más que nuestros homólogos europeos y con unas demoras en descenso.
A algunos nos sigue sorprendiendo que estemos siendo capaces de hacer frente a estos números con la endiablada normativa de descansos a los que estamos sometidos los controladores aéreos españoles, absolutamente inflexible y estricta, y que nos obliga muchas veces a descansar cuando estamos descansados y a trabajar cuando estamos cansados.
La falta de conciliación social y familiar sigue siendo uno de las principales asuntos pendientes del control aéreo español, teniendo ENAIRE que hacer uso de nuestros días de asuntos propios y cancelaciones de reducciones de jornada para poder lidiar con un tráfico en aumento exponencial mientras que las nuevas incorporaciones de plantilla aumentan de forma lineal.
Podemos sacar pecho, por ahora, pero en no muchos años veremos como tanto el parón de diez años en la contratación por culpa de las políticas criminales del inefable Pepe Blanco como haber desperdiciado el parón pandémico para formar más personal, harán que muramos de éxito en varias dependencias nada pequeñas que se encuentran a medio plazo quebradas a nivel de plantilla.
Más nos vale ponernos las pilas.