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Los pilotos temen por la seguridad en los aeropuertos tras el órdago de Blanco

http://www.cotizalia.com/en-exclusiva/pilotos-cuestionan-decretazo-blanco-temen-seguridad.html

10/02/2010 06:00h

No habían hablado hasta ahora. Sin embargo, hay inquietud entre los pilotos por el cariz que está tomando la negociación entre Fomento y los controladores aéreos. En una nota interna del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), no sólo expresan su preocupación porque “desde el Boletín Oficial del Estado se modifiquen unilateralmente las condiciones laborales pactadas en un convenio”, sino que muestran su inquietud por el impacto que puede tener sobre la seguridad el tira y afloja entre José Blanco y la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA).

“Estamos en contacto tanto con las autoridades de Fomento, como con los representantes de USCA y a ambos les hemos ofrecido nuestra disposición para reducir la tensión y evitar sucesos como los ocurridos en Francia o Estados Unidos cuando se acometieron cambios radicales en el control áereo”, apunta la nota, a la que ha tenido acceso El Confidencial. La reflexión enlaza con los accidentes aéreos acaecidos en esos países cuando controladores militares asumieron la tarea de regular el tránsito aéreo.

El Sepla también lamenta el procedimiento utilizado por el Gobierno –el real decreto ley aprobado el pasado viernes-, al tiempo que hace un llamamiento a los pilotos. “Deberemos hacer un esfuerzo adicional, si fuese necesario, para afianzar la seguridad de la operación. En cualquier caso, estamos seguros que tanto los controladores como los gestores de Aena seguirán actuando responsablemente para que la calidad del servicio, en términos de seguridad, no se resienta”, aseguran.

En todo caso, parece claro que también los pilotos detectan el nivel de estrés que pueden estar manejando los controladores en el escenario actual. “En el ejercicio de nuestro trabajo como pilotos, intentemos contribuir a reducir tensión, evitando actitudes que aunque legítimas, pudieran elevar el grado de saturación de las personas que facilitan la fluidez segura del tráfico aéreo”. Y terminan con un aviso a navegantes: “Tenemos que estar preparados para hacer frente a un proceso de cambios, que pudiera tener repercusiones en la calidad del servicio”.

“Controladores irresponsables”

Las incidencias del pasado fin de semana no han ayudado a tranquilizar a los pilotos. Rafael López, portavoz de los controladores, sugería ayer a primera hora que Aena había puesto en peligro la seguridad en Barajas el pasado domingo al dar prioridad a un vuelo de calibración sobre las operaciones comerciales. La indignación recorría minutos después los pasillos del gestor aeroportuario. “Es irresponsable por parte de los controladores poner en cuestión la seguridad del aeropuerto”, aseguraban a El Confidencial fuentes de Aena. “Han tergiversado la realidad”, añadían. De una forma u otra, los nervios están a flor de piel, con la seguridad en los cielos como telón de fondo.

La jornada de ayer se convirtió en un duelo de reproches a cuenta del fin de semana. López aseguró que hubo imprevisión y que no se avisó con antelación del vuelo de calibración, que sirve para verificar los equipos de ayuda a la navegación área. Sin embargo, Aena garantizaba que “estaba anunciado y los controladores lo sabían perfectamente”. Es más, según explicó un portavoz de la empresa, el vuelo estaba programado para el sábado y, al no poder realizarse por las condiciones meteorológicas, se pospuso al domingo, circunstancia que se comunicó al jefe de torre de Barajas y al responsable del Centro de Control de Torrejón.

Todo en las horas previas al encuentro en que ambas partes debían retomar los contactos, después de la ruptura de las conversaciones para renovar el convenio y de que Fomento regulara el viernes por real decreto ley el tránsito áereo. Y es que lo que en realidad sienten los controladores, aunque no lo dicen abiertamente, es que el calibrador fue una forma de provocarles, de ponerles al límite para acusarles de una huelga encubierta en caso de demoras graves. También de incitar a la desobediencia para abrir expedientes disciplinarios que pudieran utilizarse como botín que poner sobre la mesa en la nueva negociación que se abre. Un planteamiento que Aena, como es lógico, rechaza de plano.

“El domingo en Barajas fue un día demencial. Las rodaduras colapsadas y cuatro cambios de pista en un día para meter al calibrador, que no era imprescindible. Los aviones tuvieron que hacer espera en el aire y se demoró todo el tráfico. Los pilotos estaban alucinados. Rodaban despacio porque no sabían lo que pasaba”, asegura un controlador conocedor de los hechos. “Han dificultado la operativa –argumentó López-. Nuestra esencia es la seguridad. Y todo lo que afecte al desarrollo de las operaciones afecta a la seguridad. La situación de este fin de semana es evitable. ¿Por qué nos vamos a exponer?”.

Luz verde de Bruselas

Según un experto independiente consultado por este diario, bajo condición del anonimato, la introducción en la operativa de un vuelo de calibración implica ciertas obligaciones. “En tanto merma la capacidad del aeropuerto, Aena debe avisar al Centro de Control de Afluencia de Bruselas para que se reasignen las horas de despegue y evitar embotellamientos. Si no se hace, se pueden provocar una concentración de aeronaves y demoras en vuelo”. Parece que fue lo que pasó. ¿Se hizo la comunicación? Fuentes internas de los controladores aseguran que “no se regularon los despegues”. Por su parte, Aena minimiza el impacto en la operativa y recuerda que los retrasos fueron de seis minutos por la mañana y cero por la tarde.

También que “al frente de esa operación estaban el Director de Operaciones de Navegación Aérea, su adjunto y el Director Regional de Navegación Aérea. Todos con experiencia de años como controladores”. ¿Hay un riesgo real para la seguridad en un escenario de retrasos en vuelo? “Los aviones llevan una reserva de combustible ajustada. Tienen margen para ir a un aeropuerto alternativo y una reserva especial para volar a una altura de 1.500 pies durante media hora. El principal problema es de inconvenientes para los pasajeros si hay que desviar el vuelo. No habría que ir más allá”, apuntan los expertos. De hecho, ante la situación provocada un avión de Ryanair se desvió para tomar tierra en Valladolid.

López asegura que el problema del vuelo de calibración es que no sólo anula una pista, lo que ya de por sí provocaría demoras, sino que invade zonas de protección de las pistas anexas. Se refirió a la situación generada como de “caos espeluznante” y acusó a Aena de incurrir en auténticas “temeridades”. Que la operativa se complicó es incuestionable. “La configuración sur en Barajas obliga a aproximaciones más largas por la orografía. Es difícil sobre todo para los pilotos”, apuntan los expertos. “Lo peor es que la confianza es fundamental para implementar sistema de gestión de la seguridad. Si hay temor a represalias…”, zanjan.

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