Controladores aéreos,  Portada

Los guardianes del espacio aéreo

PATRICIA DELGADO | Domingo, 02 de Mayo de 2010.

Garantizar que los aviones vuelan en condiciones de seguridad, rapidez, fluidez y economía por el espacio aéreo es el principal cometido que tiene un controlador aéreo. Aunque la definición es completa, puede que no transmita la envergadura de un puesto como éste, porque, dicho con otras palabras, ser controlador aéreo significa ser el responsable de que las millones de personas que vuelan cada día lleguen a sus destinos sin incidentes y lo más a tiempo posible.

Por esta razón, la presión bajo la que trabaja un controlador aéreo hace de esta profesión una de las más estresantes y exige que, quienes la ejercen, cuenten con una serie de habilidades que doten de seguridad a su actividad, tales como capacidad de respuesta, facilidad para trabajar en equipo u orientación espacial.

Actividad

Ser los guardianes del cielo se traduce en una serie de funciones concretas que consisten en mantener separados los aviones que se encuentran en el espacio aéreo, asegurar la seguridad del tráfico en las zonas de su responsabilidad y, en la medida de lo posible, evitar que se produzcan demoras en los vuelos.

Para llevar a cabo estas actividades, hay tres tipos de controlador aéreo: de torre, de aproximación y de ruta.

La labor del primero consiste en asegurar que haya separación entre los aviones que despegan y aterrizan en el aeropuerto, los que circulan por las calles de rodaje del mismo y los que vuelan por las proximidades.

Los de aproximación tienen como misión mantener la seguridad de los vuelos gestionando los ascensos que realizan las aeronaves desde que abandonan las proximidades del aeropuerto hasta que entran en el espacio aéreo y viceversa.

Finalmente, el trabajo que desarrolla el controlador de ruta se centra en controlar los vuelos que se encuentran en ascenso, cerca de su nivel de crucero, hasta que, durante el descenso, pasan a ser gestionados por el controlador de aproximación.

Formación

Como premisa básica, para acceder a la formación específica que se requiere para ejercer esta profesión, en España se requiere tener un título universitario oficial de diplomado/ ingeniero técnico, arquitecto técnico/ licenciado o ingeniero. Asimismo, también están incluidos aquellos que hayan superado el primer ciclo completo de una carrera universitaria de grado superior.

Con este paso previo acreditado, además de cumplir con los requisitos específicos que Aena determine en cada convocatoria, los candidatos deben superar una evaluación multimedia en la que se ponen a prueba sus conocimientos básicos y su capacidad de discriminación auditiva de los idiomas inglés y castellano. También se realiza una evaluación psicológica, otra oral de inglés y castellano, una entrevista personal y un reconocimiento psicotécnico y médico.

Si se supera este proceso, los aspirantes acceden a un curso de formación especializado, cuya duración es de dieciocho meses y que se imparte en la entidad Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (Senasa), en Madrid.

En este curso se abordan materias vinculadas con el derecho aéreo, el reglamento de circulación aérea, las aeronaves, la meteorología aeronáutica o las comunicaciones, entre otras.

Tras superar esta fase, se consigue una licencia provisional de controlador aéreo, que pasará a ser definitiva tras realizar un periodo de prácticas.

No obstante, con la entrada en vigor de la ley que regula la prestación de servicios de tránsito aéreo, el centro está trabajando en la adaptación de sus cursos y aún no ha hecho públicos los cambios que se introducirán en el modelo formativo.

Polémica

Actualmente, los profesionales del control aéreo se encuentran en el ojo del huracán. Sus elevados sueldos, que rondan, de media, los 350.000 euros anuales, el sistema de horarios y jornadas, así como la coordinación con Aena, se han puesto en entredicho.

Los trabajadores defienden que su puesto de trabajo implica unas responsabilidades especiales y, por su parte, el Estado y Aena, consideran que la retribución es excesiva, está lejos de la que perciben sus homólogos en otros países europeos y es una de las principales responsables de la baja rentabilidad de los aeropuertos españoles.

La nueva ley promulgada por el Ejecutivo nacional pone fin, al menos de momento, a la polémica y trata de evitar que en 2010 vuelvan a repetirse los resultados registrados el pasado año, en el que sólo nueve aeropuertos españoles tuvieron un saldo positivo. Parayas cerró el año con pérdidas de 4,68 millones de euros.

http://www.innovacantabria.com/panorama-cantabria/35-noticias-panorama-cantabria/2531-los-guardianes-del-espacio-aereo

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