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¿Políticos o avestruces?

Carlos Castañosa, ex comandante de Iberia.

Son casi tantos como cargos, nombramientos, titulares de, apoltronados y beneficiarios de otras regalías. Apenas se les nota el gesto de meter la cabeza en un agujero y disfrazarse de árbol para que el depredador pase de largo. Pero el tufillo avestrucero les delata, y el buen olfato del felino identifica a la ridícula presa. Si tiene hambre se la come, y si no, la mea para marcar territorio. Excepciones honorables impiden generalizar la imprudencia de juicio tan temerario. Léase, el Sr. Padrón, Presidente del Cabildo de El Hierro, como buen ejemplo a seguir por su tesón y conocimiento técnico aplicados a la lucha contra la fechoría que se pretende con la absurda implantación del AFIS. El descontrol de su aeropuerto.

Y sus colegas lo han dejado indefenso. Sin considerar otros temas en los que el Sr. Padrón sea cuestionado, como corresponde a un prolongado ejercicio de autoridad y de poder, en este caso lo han abandonado, con ignominia y traición de avestruces que, además de esconderse, se agachan, con las zonas pudendas al aire para regodeo y disfrute de un centralismo avasallador y vejatorio.
Escandaliza tanta indolencia en esta patética clase política nuestra, cuyo desconocimiento y falta de atención para todo lo que no coincida con sus intereses de partido y/o personales, les induce a eludir responsabilidades, a trabajarse llamativos titulares de prensa y, sobre todo, a escurrir el bulto con un mínimo deterioro electoralista.

Flagrante actitud avestrucera la del presidente de la otra Isla.

Don Casimiro, antes de meter la cabeza en el agujero, se puso en primer tiempo de saludo por disciplina de partido, y se tragó de una sentada el cúmulo de mentiras que le contaron los tecnócratas de AENA, AESA, DGAC y del Mº de Fomento para que aceptase el AFIS en La Gomera. Donde dijo digo, dice Diego; y por arte de birlibirloque aplaudió el disparate para su penoso aeropuerto, dejando colgado a su colega Padrón.

Y es penosa dicha instalación aeroportuaria porque nunca debió existir ni derrocharse el dinero público en tan fastuosa terminal para acoger dos o tres movimientos diarios (chiquito hospital con ese presupuesto, que tanto merecían los gomeros). Se justificó el despilfarro con la excusa de ofrecerlo como “servicio público” y, por lo tanto, no tenía por qué ser rentable ni negocio próspero. Si así fue y así es, un Servicio Público de estas características, debe prestarse con la máxima garantía de seguridad para el usuario. Lo contrario, lo que imprudentemente se ha gestado, con el beneplácito inducido de su presidente, es una temeridad.

La alternativa lógica es clausurar los aeropuertos innecesarios y exigir responsabilidades políticas y económicas a quienes se equivocaron en su día, o les interesó equivocarse, en beneficio propio o de sus allegados. Si se trata de ahorrar prescindiendo del control ATC en favor del escueto y precario AFIS, ¿qué sentido tiene la presencia de un director de aeropuerto y su staff, en una instalación inútil, con los suculentos sueldos que paga AENA con dinero público?

El caso de El Hierro es completamente distinto. Tanto por la actitud de su Presidente, como por la actividad de tráfico y las posibilidades de progreso y proyección futura, se hace inviable el despropósito del AFIS en una Isla tan peculiar por sus características y tan necesitada siempre de incrementar la Seguridad Aérea. Jamás disminuirla con la excusa de una economía perversa y mezquinos intereses políticos.
Tanto los medios de comunicación como la propia ciudadanía, ante la inepta manada de avestruces, escondida y mantenida con nuestro dinero, debemos plantar cara y hacer frente común, al menos en este punto vital, con el único representante del Pueblo que, cuanto menos, obra en consecuencia. No se merece que lo dejemos solo. Ni, como Canarios, merecemos que, desde fuera, se nos trate con tan poca vergüenza.

Es el momento para disuadir a los señores feudales de allá arriba de la ejecutar esta tropelía en nuestro meridiano cero. Al fin y al cabo, el empecinamiento desplegado con tanto énfasis, sólo tenía un objetivo: La implantación del AFIS en aeropuertos precarios, como medida de presión contra el colectivo de controladores, formando parte de aquel impresentable decretazo. Si se cedía en este conflicto, por correlación, los controladores podrían utilizar la claudicación como punto de apoyo para otras reivindicaciones. Al estar ya resuelto el problema laboral, ya no tiene defensa una intransigencia tan ilógica como poco razonable.

Dejemos a los avestruces con sus frustraciones, amenazas de querellas y apoyos incondicionales a lamentables presupuestos centralistas, a cambio de un puñado de alpiste. Ni siquiera son capaces de asomar la cara en defensa de los activistas pro saharauis maltratados, ni por la dignidad de nuestras mujeres policías en Melilla.

Son tan ineptos que aun siendo pájaros (pájaros de cuenta) ni siquiera saben volar. ¡Mándense a mudar! ¡Inútiles!…

http://www.laopinion.es/firmas/2010/09/08/politicos-o-avestruces/303020.html

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