Política,  Portada

José Blanco, el ministro mutante

Crónica de Aragón. EDITORIAL.

Haciendo gala de un cinismo impropio de la representación pública que ostenta, el ministro de Fomento, José Blanco, afirmó el sábado en Mérida que no comprende las razones que han llevado a la convocatoria de la huelga general del 29–S.

El otrora defensor de las políticas keynesianas de inversión pública para la recuperación económica (defensa de los derechos sociales y laborales incluida), se ha convertido ahora en un personaje completamente distinto, capaz de afirmar (desde su evidente desconocimiento de cómo funciona la economía) que una reducción del déficit público, un abaratamiento del despido, una congelación de pensiones, una reducción de salarios en la función pública, y un recorte en las políticas sociales, van a conducir a España hasta el paraíso de la recuperación económica.

Incluso, desde su infinita ignorancia, Blanco se atrevió a comparar la tasa de paro entre España y Alemania, pasando por alto la ineludible comparación entre una clase empresarial admirable, seria y preocupada por el bienestar colectivo del país como la alemana, y otra como la española que destaca por ser la más especuladora, ruin y canalla de toda la Unión Europea. La creación de dos millones de parados en 2009 a través de ERE injustificables (y sin embargo, concedidos por gobiernos socialistas y populares en España), es suficiente dato para justificar esta afirmación.

En el fragor de su metamorfosis hacia el neoliberalismo militante, también olvidó Blanco mencionar un pequeño detalle: esta crisis económica nunca estuvo motivada por salarios altos ni por unas condiciones laborales inasumibles por la clase empresarial. Por el contrario, fueron las partidas de monopoly jugadas sobre el tablero del mundo por unos cuantos especuladores sin fronteras, las que llevaron a la ruina económica, moral y social a millones de personas, como las que ahora en España intentan levantar la voz un día para decir NO a la barbarie neoliberal que el dios Mercado ha decretado contra sus vidas.

Y por último, el ministro mutante de Fomento pasó por alto un dato fundamental: nadie ha podido demostrar empíricamente que una reforma ultraconservadora del mercado laboral como la que Rodríguez Zapatero ha conseguido sacar adelante con el silencio cómplice de varios grupos parlamentarios, vaya a garantizar la recuperación de la economía española.

Más bien al contrario, es muy posible que la rebaja de salarios y derechos para la mayor parte de la población incida negativamente en la demanda interna, destruyendo empleo en la pequeña y mediana empresa nacional, y fomentando la comercialización en nuestro país de productos baratos producidos fuera de nuestras fronteras y vendidos en comercios regentados por inmigrantes orientales.

De todos modos, según José Blanco, no hay motivos para la huelga general.

http://www.cronicadearagon.es/wordpress/?p=14937

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