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Controladores ‘low cost’ o como forrarse a costa del paro

Maria Eugenia Llorens, directora de SENASA

 
 

Fomento forma a profesionales aéreos más baratos, con sueldos inferiores a 2.000 euros al mes, sin convenio colectivo y sin expectativas de contrato laboral

 
Marisa Recuero. EL MUNDO. 22-5-11
 
Apenas tiene 25 años. Estudió la licenciatura de Administración de Empresas en Sevilla y se sacó la licencia de piloto privado por eso de cumplir un sueño de niño y llevar la contraria a la familia en lo de ser empresario. Paco quiere ser controlador aéreo. Pagó 46.000 euros a Senasa –la escuela aeronáutica del Ministerio de Fomento–, hace seis meses. A cambio, sólo consiguió «un papel que no sirve para nada» y una deuda con el banco que le prestó el dinero para pagar el curso. 
 
Junto a él, Yasmina, tan sólo cuatro años mayor. Licenciada en Ciencias Medioambientales y con tres años de experiencia laboral en empresas de consultoría. Ella lo tuvo más fácil, ya que su familia está ligada al mundo aeronáutico. Yasmina dejó un trabajo indefinido por ser controladora. En su lugar, sólo consiguió «un especie de carnet de conducir capado», reconoce. 
 
Y Javier, un piloto de 33 años, con amplia experiencia «al otro lado de la frecuencia», pero consciente de que los 46.000 euros que tuvo que sumar a la hipoteca que tiene con su banco sólo le servirán para ser «un controlador low cost». «Aena quiso convertir a gente que gana  200.000 euros al año en mileuristas, y lo consiguió», advierte indignado. 
 
Y es que su sueldo distará con creces de los millonarios salarios que cobra la plantilla de controladores de Aena –formados con dinero público–. Es más, arrancarán con un sueldo de 20.000 euros anuales, que sumados a un complemento por puesto de trabajo, sólo ascenderá a menos de 2.000 euros al mes. 
 
«Aena quiso convertir a controladores que ganan 200.000 euros en mileuristas y lo consiguió»  El sueldo base de los nuevos profesionales será de 20.000 euros anuales más un complemento.  Ni Paco se llama Paco; ni Yasmina, Yasmina; ni Javier, Javier. Son nombres elegidos al azar para identificar a tres aprendices de controlador que accedieron a detallar a este diario el trasfondo del nuevo modelo de formación que Fomento gestó para sacar profesionales más baratos a un mercado fantasma. 
 
Elevados sueldos para los instructores, pagos por anticipado para los alumnos –sin indemnización para aquellos que suspendan– y cursos que no permiten a los aspirantes trabajar de inmediato –precisan una formación práctica de tres  meses, que tendrán que buscar echando currículos–. Es más, sólo pueden trabajar en torres. Si quieren controlar aproximaciones de aviones y aeronaves en ruta –labores de los centros de control– tendrán que pagar 60.000 euros. Sin duda, un negocio redondo. 
 
Los profesores contratados por Senasa para impartir los cursos costaron entre 6.000 y 12.000 euros al mes, según confirmaron fuentes cercanas a la escuela. Senasa recurrió al operador NATS (Reino Unido) y a la academia Entry Point North para conseguir instructores. De hecho, sacó a concurso público la prestación de estos servicios por siete millones de euros. 
 
Los alumnos tuvieron que abonar los 46.000 euros que costó el curso antes de comenzarlo. «Nos metieron mucha prisa y había que pagar el curso íntegro antes de empezar». «Hasta nos pidieron 4.000 euros por anticipado y aún no nos habían hecho ni las pruebas médicas». Y es que el inició de la formación coincidió con el conflicto laboral que los controladores mantenían con Aena, a finales del año pasado. 
 
Entonces, la Unión Sindical de Controladores Aéreos (Usca) denunció la falta de personal en los centros de control, afirmación que fue desmentida por Aena y que desembocó en una huelga salvaje por parte del colectivo, los días 3 y 4 de diciembre de 2010. La denuncia vuelve a estar sobre la mesa, pero, esta vez, por parte de Eurocontrol, que exigió a España una mejora de su capacidad de control aéreo. 
 
«No somos controladores, sólo tenemos un papel que debemos canjear por unas prácticas». «No sabemos ni cuándo nos van a contratar, ni en qué condiciones, ni quién». «Empezamos sin convenio, porque somos la novedad». Cuesta reconocerlo, pero pese a ser un nuevo colectivo, los recién diplomados tienen «las mismas quejas» que la plantilla de Aena. 
 
Denuncian que «hacen falta controladores en España», sin embargo, «nos echan a la calle en mayo», reconoce Yasmina. El nuevo colectivo, que se reunirá con el presiden te de Aena, Juan Ignacio Lema, el próximo martes, le ofrecerá sus servicios para trabajar en las torres este verano, consiguiendo así la habilitación que necesitan, además de facilitar la posibilidad de que la compañía pueda trasladar a sus controladores de torre a los centros. 
 
«Cuando ves el logo de Fomento en todos los papeles, nunca te imaginas que vayas a entrar en el paro», advierte Javier. «No nos hemos metido aquí para ser millonarios, sino para trabajar», puntualiza Yasmina. Con un futuro incierto, la respuesta la tendrá que dar Lema
 
Fomento contrató instructores que llegaron a cobrar entre 6.000 y 12.000 euros al mes  «No sabemos cuándo nos van a contratar, ni en qué condiciones laborales, ni quién»
 
EL ANTES Y EL DESPUÉS 
 
La formación. El nuevo controlador se tiene que pagar el curso de formación, que vale  46.000 euros (para torres) y 60.000 euros (para centros). Antes, Aena corría con los gastos. 
Los sueldos. El salario de un controlador de Aena es de 200.000 euros anuales de media. El nuevo empezará cobrando 20.000 euros. 
 
El convenio colectivo. Los nuevos profesionales no se regirán por el convenio colectivo de los controladores de Aena, ya que no son plantilla de esta empresa. 
 
Las torres. El nuevo controlador será el que pueda optar a trabajar en las torres que privatice Aena, lo que significa que deberá pedir trabajo a los operadores que las exploten.  Los centros de control. Aena prevé trasladar a los centros a 200 controladores de su plantilla que trabajan, en este momento, en las torres de control. El nuevo controlador tendrá que hacer otro curso para acceder a los centros. 
 
La jornada laboral. El nuevo controlador deberá adaptarse a los turnos que imponga la empresa que les contrate, aunque trabajen en España. 

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