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El ‘efecto Trump’ irrumpe en la carrera de IAG y Norwegian por el ‘low cost’ en EEUU

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, atiende a los medios. (Reuters)
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, atiende a los medios. (Reuters)
JOSÉ ANTONIO NAVAS, 7/1/2017. Un centenar de congresistas de Estados Unidos encabezados por el representante demócrata de Oregon, Peter DeFazio, han solicitado al presidente electo Donald Trump que revoque la autorización concedida recientemente por Washington a la compañía escandinava Norwegian Air Shuttle para operar vuelos con destino a los grandes aeropuertos norteamericanos. La petición abunda en la estrategia proteccionistadel próximo inquilino de la Casa Blanca y puede suponer un importante revés en el desarrollo corporativo de las grandes aerolíneas europeas, incluido el Grupo IAG, matriz de Iberia, que tiene previsto lanzar este mismo verano la nueva marca de largo radio a bajo coste.

El primer ejecutivo de IAG, Willy Walsh, salió al quite hace pocos días para anunciar la puesta en marcha con carácter inminente de una base operativa en el aeropuerto barcelonés de El Prat que daría carta de naturaleza a la llamada ‘nueva generación’ de transporte aéreo. Bajo este grandilocuente enunciado se esconde el planteamiento estratégico de los principales operadores globales por ofrecer servicios cada vez más eficientes dentro de la modalidad ‘low cost’ como garantía de rentabilidad sostenida en sus diferentes unidades de negocio. El bajo coste tradicional que ha emergido con una fuerza inimaginable en el corto radio se trasladará ahora al largo recorrido dentro de una carrera que no ha hecho más que comenzar.

La pionera en el segmento de largo radio de nueva generación ha sido Norwegian, la aerolínea que en 2013 rompió el duopolio tradicional de EasyJet y Ryanair en el mercado español de bajo coste. La empresa nórdica estableció entonces su primera base en el aeropuerto de Barajas para atacar el segmento doméstico y ahora pretende hacer lo mismo a nivel internacional desde Barcelona, ofreciendo vuelos a las principales ciudades estadounidenses con precios reducidos a partir de 179 euros. El estreno de las rutas intercontinentales desde El Prat está previsto para el mes de junio pero la planificación fue anunciada en septiembre pasado y en aquel momento nadie terminaba de creer que Donald Trump pudiera ganar las elecciones a Hillary Clinton.

Un centenar de congresistas exigen a Trump que revoque el permiso concedido hace un mes a Norwegian para operar vuelos de bajo coste a EEUU

El departamento de Transportes de Estados Unidos otorgó a primeros de diciembre una licencia provisional a Norwegian para operar vuelos de bajo coste desde los aeropuertos irlandeses de Cook y Shannon con destino a Boston. La autorización tiene que ser ratificada a nivel presidencial en un plazo de sesenta días, por lo que la decisión final tendrá que ser asumida directamente por Donald Trump en cuanto jure su cargo el próximo 20 de enero. Las espadas están en el aire pero los vientos que soplan desde el otro lado del Atlántico no inducen a buenos augurios, sobre todo teniendo en consideración las presiones nacionalistas con que suelen manejarse los intereses de las grandes compañías aéreas norteamericanas.

Un avión de Norwegian Air, en el aeropuerto de Oslo. (Reuters)
Un avión de Norwegian Air, en el aeropuerto de Oslo. (Reuters)

La potente industria de aviación existente en Estados Unidos está claramente detrás de las presiones ejercidas por los representantes políticos ya que unos y otros consideran a Norwegian una ‘bandera de conveniencia’ que representa una amenaza para las compañías locales. Los congresistas denuncian que Norwegian sólo tiene de ‘noruega’ el nombre ya que se trata de una empresa organizada bajo la regulación de Irlanda y cuya tripulación trabaja en gran parte con contratos temporales regidos por las leyes laborales de Singapur. Según añade el diario Irish Times, los planes de Norwegian provocaron también sendas quejas de los sindicatos de pilotos en Estados Unidos e Irlanda antes incluso de que las autoridades de Washington decidieran otorgar el permiso de vuelo.

El desarrollo de los acontecimientos con la aerolínea de bajo coste escandinava es seguido al detalle desde el Reino Unido y también desde España, dado el papel estelar que Iberia trata de jugar también en este segmento del transporte aéreo internacional. La principal compañía aérea española es una de las favoritas de IAG a hacerse con el santo y la seña de la nueva marca ‘low cost’ de largo recorrido, dada la acreditada capacidad de gestión del equipo presidido por Luis Gallego. La reconversión de Iberia, lo que no mata engorda, ha dado lugar a una empresa perfectamente adaptada a los nuevos requerimientos de un mercado competitivo y con una estructura de costes que le permite encarar nuevos retos.

Iberia compite Aer Lingus para convertirse en la nueva marca ‘low cost’ de largo radio que IAG quiere tener operativa este verano en El Prat 

Walsh no ha querido desvelar todavía su decisión sobre la entidad que asumirá la tarea de competir en el bajo coste de largo radio si bien ha descartado a Vueling, cuya prioridad ahora consiste en recuperar el tono de su negocio básico en el mercado doméstico tras los incidentes de la última campaña de verano. British Airways, la hermana mayor del grupo, no parece que disponga de la flexibilidad necesaria para adentrarse en un mercado especialmente competitivo, por lo que Iberia cuenta con todos los parabienes para resultar elegida, máxime teniendo en cuenta que la compañía ha superado hace tiempo los problemas con sus pilotos para el desarrollo de Iberia Express.

La única competencia directa que puede tener la compañía española procede de Aer Lingus, la aerolínea irlandesa que fue adquirida por IAG en julio de 2015 y en la que trabajó como piloto, directivo y finalmente como consejero delegado el propio Willy Walsh. El primer ejecutivo del grupo surgido de la fusión entre Iberia y British Airwyas no descarta tampoco la posibilidad de crear una filial específica para abordar la nueva generación de largo radio a bajo coste pero en todo caso tiene muy claro que IAG no puede dar ni un respiro a la competencia dentro de un negocio llamado a revolucionar el futuro del transporte aéreo a nivel global.Los planes expuestos por el máximo responsable de IAG sitúan el comienzo de los vuelos trasatlánticos de bajo coste a partir de junio con dos aviones A-330, lo que se traducirá en una base operativa de 250 personas en Barcelona. Lo apretado del calendario de verano obligará a vender los billetes a partir de febrero por lo que las próximas semanas se prometen intensas en toda la organización de Iberia de cara a formalizar una oferta que satisfaga las expectativas de su casa matriz. Una operación precipitada por la sugerente propuesta comercial de Norwegian, pero cuya velocidad de crucero definitiva dependerá en última instancia de Donald Trump. Todo ello si es que el flamante presidente de Estados Unidos no se apunta al clamor proteccionista que él mismo ha contribuido a inflamar mucho antes de acceder al Despacho Oval.

Fuente: Artículo original en El Confidencial

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