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¿Pero no decían que no faltaban controladores?

BERNARDO SAGASTUME / LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) reclamó la pasada semana a la autoridad judicial que dos controladores no prestaran declaración para evitar retrasos aéreos. Ambos profesionales formaban parte de los quince controladores citados en los juzgados de Telde (Gran Canaria) en el proceso judicial surgido tras el conflicto del cierre del espacio aéreo de finales del año pasado.
La ausencia de los dos técnicos de su puesto de trabajo hubiera obligado a cerrar un sector de los seis que supervisa el centro de control aéreo de Canarias, el de mayor superficie de Europa y sobre el que pasa buena parte de los vuelos trasatlánticos, con el agravamiento de los ya habituales retrasos para la salida o llegada de aviones.
Pese a que desde la empresa que gestiona los aeropuertos se afirma con insistencia que no faltan controladores aéreos en las torres y centros de control, lo cierto es que la fragilidad del sistema ha quedado expuesta estos días, no solo con la obligada ausencia de los citados al juzgado de Instrucción 6 de Telde, sino con los retrasos sufridos el viernes pasado. Bastó con que tuviera que abandonar su puesto de trabajo, por enfermedad, un trabajador en el centro de control de las islas para que las pantallas de la zona de embarque en Barajas mostrasen retrasos superiores a una hora. Desde Eurocontrol, el ente europeo de seguridad aérea, se atribuyeron las demoras a una reducción de personal, aunque AENA negó la mayor y sostuvo a través de un portavoz que los retrasos en algunos vuelos procedentes de Madrid eran «algo cotidiano».
El ministro José Blanco, en una comparecencia en el Congreso el pasado 8 de junio y ante las nada halagüeñas estadísticas de Eurocontrol sobre retrasos en España, prometió «un plan de choque» que evitaría los previsibles inconvenientes para la campaña de verano. Sin embargo, y pese a que anunció que el 30 de junio entraría en vigor dicho plan, nada se sabe hoy de él, y en el primer fin de semana de la operación salida los retrasos rondaron el 40 y 50% de los vuelos, algo que desde AENA se atribuyó a las compañías aéreas y, «solo en un 25%» de los casos, al control.
La incógnita ahora se centra en las siguientes declaraciones de los técnicos de control, que deben comparecer otra vez ante los juzgados a finales de mes, con lo que podría volver a tambalearse el frágil equilibrio del personal que supervisa los vuelos en el espacio aéreo español.

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